sábado, 30 de diciembre de 2023

Las ruinas puestas en pie

Con el paso de los siglos, la historia va dejando huellas imborrables en los países ya sea en su idiosincrasia, en la cultura, en las costumbres,… y como no, en su arquitectura. Las épocas de gloria y prosperidad sirven para fomentar las grandes obras, las épocas de crisis y las invasiones para su abandono o destrucción. En Uzbekistan, lógicamente ha ocurrido lo mismo, más aún al estar situado en una codiciada zona de paso en el centro de Asia, y, la histórica ambición de gobernantes, ha provocado la sucesión de invasiones, conquistas de imperios, fragmentación del territorio en janatos, crisis económicas, fanatismos religiosos, dependencias de gobiernos extranjeros… que queda patente a poco que se repase la historia de sus edificios. A veces con efectos contradictorios, como en la época anterior a la independencia en la que se fomentaba la no religión y el consiguiente abandono de los edificios religiosos y, sin embargo, los arqueólogos investigaron y pusieron en valor las ruinas de mezquitas y mausoleos, contribuyendo así a que se iniciase la reconstrucción y restauración de grandes edificios. También la acción de la climatología y los terremotos han contribuido a la decadencia de estas joyas del pasado. Viendo en los museos las viejas fotos de en lo que la historia había convertido gran parte de estos edificios, hoy Patrimonio de la Humanidad, se aprecia la ingente labor de reconstrucción y restauración llevada a cabo en Itchan Kala de Jiva, en Bujará o en Samarcanda. Como ejemplo la espectacular plaza Registán de esta última donde sus madrazas han sufrido las consecuencias de ser establo de animales y refugio de comerciantes, de los efectos de terremotos y de un largo abandono,  y donde han trabajado cientos de restauradores  hasta acabar su recuperación justo antes de la caída de la Unión Soviética. Cabe destacar que para ello se han empleado técnicas artesanales y de construcción, además del uso de  materiales propios de cada época a la que pertenecen los edificios y, como consecuencia, la proliferación de talleres especializados en cada uno de los oficios –talla de madera, cerámica, esmaltado, cantería,…-  y especialistas que han puesto en pie el patrimonio y siguen manteniendo la tradición artesanal. Llama la atención los artesonados y los relieves de los pilares de madera de las mezquitas, pero también el laborioso trabajo de tallado de las puertas por doquier o la recuperación de la fabricación del papel de seda (obtenido de la morera) que tanta fama le dio en su época a Samarcanda. Algunos de estos oficios, como el de tejedora, la pintura de miniaturas y acuarelas o la fabricación de marionetas se están orientando recientemente al turismo.












Talladores de madera de Jiva






Pintor de miniaturas en Taskent



Tejedora en Jiva


Acuarelista en Jiva





Orfebre en Shakhrisabz





Creadores de marionetas en Bujará









Fabricación del papel de seda en Konigil, Samarcanda

Pelando la corteza de la morera y extrayendo la fibra


Cocción de la fibra durante varias horas

Tras convertir la fibra en pasta con el batán movido por el agua del arroyo, 
se disuelve en agua y se tamiza con un cedazo del tamaño de la hoja a fabricar

Cada hoja pasa al secado durante un día

Pulido final con una concha de mar que le da la suavidad tan característica

Uzbekistán (7)

Fotografías realizadas del 28 de octubre al 4 de noviembre de 2023

sábado, 23 de diciembre de 2023

Por donde se mueven los uzbekos

 De puesto en puesto

En todo viaje que se precie, ya sea meramente turístico o más interesado en el conocimiento profundo de un país, se tienen que visitar los mercados. Son los lugares que reflejan las costumbres de sus habitantes, lo que consumen en el día a día, los precios de las cosas (a veces puede sorprenderte en algunos países lo que pagas de mas por el mero hecho de ser turista), los cultivos de la zona, los productos manufacturados del país… además del variado paisanaje de vendedores y compradores y el colorido del lugar. En Uzbekistán,  los productos agrícolas frescos de los mercados son vendidos por los propios productores por lo que se trata de, lo que hoy se valora tanto, alimentos “kilómetro cero” y, junto con los frutos secos, especias, cereales o legumbres, se venden a granel. Además, también hay puestos de comida que, en algunos casos, se cocinan allí mismo. Algunas cosas me llamaron la atención: lo hermosas y gorditas de las zanahorias, la variedad de arroces, las deliciosas pepitas de albaricoques, los cacahuetes garrapiñados… En Bujará, al margen de sus tradicionales bazares de las cúpulas, el mercado de Samoni (de la paja) y en Samarcanda el  Bazar de Siyob (de la tinta) se nota también que se empiezan a ofertar algunos productos para los turistas. El mercado Eski Juva (Torre Vieja),más conocido como Chorsu (Cuatro Arroyos), en Taskent, es el más antiguo y mas grande, con zonas especializadas en carnes, verduras, especias, fruta,… bajo su gran cúpula; pero que también se extiende por las calles aledañas con mucha oferta textil, calzado, productos de belleza,… entre otros. El mercado Chorsu tiene también su propia parada de metro.

                             Mercado Samoni de Bujará












 


Bazar de Siyob de Samarcanda











Mercado Chorsu en Taskent
















De estación en estación

El pertenecer a la antigua URSS tuvo también alguna ventaja para la ciudad de Taskent, además de una urbanización de avenidas anchas y parques recreativos  para niños, incluso con norias –creo que hay tres de estas en la ciudad- y mucho arbolado, también se la dotó de metro y, lógicamente, al estilo soviético con llamativa decoración y estaciones espaciosas. Como la de Kosmonavtlar (Cosmonautas), donde se rinde homenaje a sus  astronautas, entre los que se encuentra lógicamente Yuri Gagarin y, la menos recordada Valentina Tereshkova  que en junio de 1963 a bordo del cohete Vostok 6, a sus 26 años, fue la primera mujer de la historia en salir al espacio exterior y, además, hasta hoy  la única en hacerlo en solitario. Eso sí, este metro tiene en común con el resto de metros del mundo el que, en horas punta, los vagones van abarrotados de gente, las prisas por coger el primero que pase y que, los habituales, aprovechan las esperas leyendo.

   








Valentina Tereshkova


Urbekistán (6)

Fotografías realizada del 28 de octubre al 4 de noviembre de 2023