martes, 21 de abril de 2020

Pesado liviano equipaje




Para vivir la vida intensamente no es necesario un gran petate, cuando te pones el mundo por montera con una mochila ligera te sobra porque para los largos viajes es mejor equipaje ligero y llevar la casa a cuestas debe resultar liviano para disfrutar intensamente del camino. Esa casa que es refugio de tormentas, ventiscas y tempestades. Hogar en el que dormimos sin sobresaltos a pierna suelta cuando la vida nos sonríe y cuando la puerta permanece abierta a nuestra voluntad para salir a beber los días o nos llegue aire fresco y esperadas compañías.
Hogar que puede tornarse un pesado petate con el que nos cuesta vivir cuando se convierte en nuestra reclusión, sus cuatro paredes se convierten en murallas de piedra y se nos antoja una pesada carga que nos provoca flaqueza y tristeza. Pasan los días, sale el sol, llueve y vuelve a salir el sol y miramos la puerta cerrada con la esperanza de que se abra por fin, que entre aire fresco y salgamos de nuevo a perseguir la luz.

Fotografía realizada desde el balcón en abril de 2020

miércoles, 15 de abril de 2020

Volar

























Hoy esta palabra solo puede ser un sueño, una metáfora ante el cautiverio, un deseo que se acrecienta imparable cada día que pasa. Volar es el anhelo de los reos cuando vislumbran los muros del penal. Porque ahora nos damos cuenta de lo pequeño que se hace el horizonte cuando solo se contempla a través de una ventana, cuando sólo lo podemos abarcar con la memoria o solo cabe en los límites de una fotografía. Intentamos sobrellevarlo rebuscando entre esos rectángulos de papel con colorines donde permanecen impresos nuestros recuerdos, imágenes tangibles que nos confirman que lo que evocamos, en efecto, sucedió.
Intentando confirmar añoranzas, pequeños momentos vividos, de esos que juntándolos nos enseñan cuanto de felices hemos sido, desempolvo de los viejos álbumes unas imágenes donde disfruté simultáneamente de dos de mis pasiones. Los que me conocen, y los que leen este blog, saben lo que me gusta volar y la fotografía (o el video). En estas fotos aparezco, unos cuantos años más joven, volando con un parapente desde la cumbre de La Viorna hasta Potes, en Liébana. Llevo atada en la pierna una cámara de video, aún no se habían inventado las pequeñas cámaras GoPro, y para grabar el vuelo desde la visión del piloto había que recurrir a la imaginación y, cómo no, a una pequeña dosis de valor (además de la confianza del dueño de que en el aterrizaje no se destrozara la cámara).
Ya no piloto parapentes, pero me sigue gustando ver el mundo desde el aire, contemplar cómo el horizonte, con la altura, se va curvando y el relieve se va aplanando… ¡Ay... volver a volar!






Fotografías realizadas por Pedro Miranda en 1990

jueves, 9 de abril de 2020

Naufragio



Todos estamos agotados, aunque algunos sacan fuerzas de flaqueza y nos ayudan a los demás. Son muchas semanas de esfuerzo, de tensiones, de sobreponernos al desgaste psicológico que produce tal situación inimaginable sobrevenida inesperadamente. Cada noche de cada día concluye igual: el balance de víctimas, el de salvados… el intercambio de ánimos y el brotar de emociones y lágrimas. Al caer la noche, entorno al fuego surgen canciones que entonamos en coro y hasta anécdotas graciosas para irnos a dormir, los que puedan, un poco menos tensos. 

Al amanecer, de nuevo la misma rutina que el día anterior en este islote rocoso en medio de un océano tormentoso que nos trae heridos y ahogados a la orilla y restos rotos del hermoso velero en el que dichosos navegábamos antes del naufragio. Otro día más cercados por la tormenta, sin poder huir y con la amenaza constante de que una enorme ola, de las que saltan por encima del horizonte, nos barra de las rocas y nos aleje de nuestro único refugio de salvación. Nuevos recuentos de muertos, de heridos… añorando la mar en calma de antes del desastre y, mientras se van recuperando los lesionados, otros caen en el desánimo y en la crítica y otros, ¡malditos!, aprovechan la situación para con artimañas y falsedades debilitar nuestro ánimo, desunirnos y erigirse en salvadores. 

Y en el horizonte comienzan a aparecer negras aletas que se van acercando a la isla esperando pacientemente a que todo pase y cuando, confiados de que se superó la tempestad y volvamos a navegar, aprovecharse de nuestra debilidad para adueñarse de nuestras vidas y saciar su hambre. Los tiburones no tienen piedad con los débiles.

9 de abril de 2020

Fotografía realizada en la costa del faro de Cabo Mayor en 1973

domingo, 5 de abril de 2020

Seréis buenas profesionales



Hay profesiones cuyo ejercicio puede ser, en muchas ocasiones, muy duro y para el que hace falta poseer una gran dosis de valor, fortaleza y empatía. Y, además, ser muy conscientes del deber. En estos días lo podemos comprobar entre los que trabajan por el bien de los demás, especialmente entre el personal sanitario que, trabajando en contacto con el virus, pelean por sacar adelante a todos los pacientes.
Por eso, a la hora de elegir una profesión, y con mayor motivo las que trabajan para evitar el mal ajeno, es tan importante tener vocación, poseer capacidad de servicio, ser capaces de sacrificar en algunos momentos la seguridad propia por el bienestar de los demás. Como Inés y Ana, que han salido del anonimato –y de su “cómodo” confinamiento- para ofrecerse a sus vecinos, como algunos más en este país, para asesorarles o ayudarles, especialmente a los de alto riesgo. Son estudiantes de medicina. Digno relevo de los que hoy se baten el cobre por nuestra salud.
¡Serán, seguro, grandes profesionales!

(Transcripción de la nota que han puesto en los ascensores de       
su casa)
      Vuestras vecinas estudiantes de medicina del
      3º C (Ana e Inés) os queremos informar que
      estamos a vuestra disposición para cualquier
      tipo de duda, consulta o ayuda que puedan
      precisar.
      Pueden llamarnos o dejar sus dudas en nuestro
      buzón.
      Aquellas personas de alto riesgo que no
      puedan o deban salir de casa para comprar,
      pasear al perro, nos ofrecemos a hacerlo
      nosotras (sin ánimo de lucro)
      Un abrazo fuerte y mucho ánimo!!
      Inés 699 ……
      Ana  648……

5 de abril de 2020