lunes, 3 de agosto de 2020

Una paleta de colores



A nadie se le escapan los atractivos que se aglutinan en el Parque Natural Saja-Besaya con sus variados paisajes desde los profundos valles a las cimas, pasando por ríos y arroyos, hayedos y brañas; su abundante fauna, la salvaje más difícil de contemplar, y la ganadera que pasta tranquilamente por las lomas y seles, amparada en una tradición de explotación y conservación de los recursos de más de quinientos años mediante la Mancomunidad Campoo-Cabuérniga que ha permitido mantener este paisaje tal y como lo conocemos. En cualquier época podemos disfrutar de la Reserva, pero las fuentes y arroyos permiten que al final de la primavera y durante gran parte del verano el verdor, con sus mil tonos, ocupe toda la orografía hasta el horizonte marcado por el mar o las montañas lejanas. Para completar la paleta de colores, la variada floración, especialmente el escajo (tojos) y el brezo, invade las laderas que no pastan vacas y caballos.












Cueto de la Concilla y Sierra de Peña Sagra, entre ellos se ven los Picos de Europa con Peña Vieja




Al fondo las montañas del Alto Asón con el Castro Valnera. A la derecha más próximo el pico Jano
y la presa da Alsa y en el centro izquierda el valle de Iguña.






 En el centro La Venta Tajahierro y carretera a Palombera. Al fondo la Sierra del Cordel con el   Ropero, el Iján, La Horcada y La Bobeda (Alto Campoo)











Fotografías realizadas el 18 de julio de 2020

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