miércoles, 24 de octubre de 2018

Arriba en el castillo



Desde las murallas y las torres cuesta distinguir el horizonte cuando el sol hace reverberar la Hoya de Huesca, planicie que desde los propios muros se extiende hasta el Ebro en Zaragoza. Detrás, comienza a ondularse el paisaje formando las sierras prepirinaicas y la propia cordillera. Hace tiempo que en el pueblo de Bolea desaparecieron las fortificaciones musulmanas, su frontera norte por estas tierras, y hace tiempo que los pobladores del castillo salieron de su muralla y levantaron el pueblo de Loarre mucho más abajo, en una zona más confortable. Parecía que el lugar quedaba ya en silencio, sin soldados y siervos deambulando…
Sin embargo, cuentan los que se han atrevido a pasar la noche entre sus muros que si agudizas el oído se escuchan, desde el patio de armas, los cánticos monótonos y los rezos de los monjes que habitaron entre sus muros en tiempos de Pedro I de Aragón. Aseguran también que desde la cripta de Santa Quinteria se ve pasar la silueta de Sancho Ramírez, escoltado por varios caballeros con calzas negras y cotas de malla con almófar, dando instrucciones a los maestros canteros que levantan el castillo. Dicen también que eso sólo es posible cuando la llegada de la noche va precedida de una espectacular puesta de sol.













Fotografías realizadas el 29 de agosto de 2018

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