viernes, 26 de diciembre de 2014

Flotando en el azul


Cada instante, cada amanecer, cada brisa que sopla, que cambia de rumbo, cada barco que pasa, al partir o al llegar… es una luz distinta, es una imagen diferente en la bahía de Santander.
Una ciudad siempre enmarcada por agua, un mar con fondo de ciudad, como el telón de fondo que limita el final de un escenario que cambia una y otra vez, donde deambulan los actores del devenir cotidiano en una representación sin fin pero siempre con un guión diferente. Una escena imposible de dejar de ver para no perder un momento diferente, no perderse una escena, un momento mágico.
Sólo cuando las nieblas mañaneras retiran el telón de fondo, la ciudad sempiterna desaparece de la escena, el cielo y el mar se juntan, se hace el infinito. Entonces, solo entonces, todo es ligero, entonces todo flota en el azul.


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