martes, 17 de abril de 2012

Madrid, escalera al cielo

“De Madrid al cielo” decían los madrileños enamorados de su ciudad, o quizá, porque no quedaba otra después del “Madrid me mata” de la época de la “Movida” cuando “el Foro, colega,” era lo más de lo más y a la “florista de la calle Alcalá”, la que viene y va, sólo la recordaban los abuelos del lugar.  Ahora, menos pretenciosos, se conforman con “Madrid, un estilo de vida” o “¡Sonríe, eres Madrid!” que para los que guardamos un cariño especial por esa villa –que no ciudad-, no está tan mal.



Pero es que para llegar al cielo, no tuvo La Cibeles nunca una escalera lo suficientemente larga. Aunque a base de hierro y hormigón lo intentaron, a lo largo del siglo XX, arquitectos y ediles con aspiraciones de tocar las nubes. Tal vez por eso e imitando a Nueva York, allá por los años veinte construyeron el Edificio Telefónica en plena Gran vía, convirtiéndose en el primer rascacielos. En los cuarenta le superó en altura el edificio España y en los cincuenta la Torre de Madrid. En los solares del Paseo de la Castellana se hicieron en las décadas siguientes edificios más altos. Sobresaliendo especialmente los de la zona de Azca, donde en los ochenta se alzó la Torre Picasso, convirtiéndose en el record de altura, sin que, en los noventa, los dos edificios de La Puerta de Europa de la Plaza de Castilla (Torres Kio) superaran su altura. También de esa década destacan por alzado las edificaciones de la zona financiera de la M 30 (Pinar de Chamartín), pero sin que los tejados se alzaran por encima.






Por fin, en el siglo XXI ha conseguido la “Escalera al Cielo” la capital del reino. Y no es porque, de las cuatro Torres Bussines Area, la Caja Madrid de 250 mts. de altura lo toque, sino porque el cristal de las fachadas refleja las nubes y parece que sus azoteas llega al mismísimo cielo. Definitivamente, se llega antes al firmamento por la fachada que en el ascensor interior.
Fotografía titulada "Escalera al Cielo". Realizada con teléfono móvil.
Pero debajo de ese cielo, el viajero encuentra mil y un lugares para recorrer, donde Madrid hizo historia o donde la historia hizo Madrid. Paradójicamente, entre tanto bullicio capitalino, se pueden recorrer calles solitarias, vestigios del pasado conservados para la memoria, viejas construcciones alegremente pintadas, elegantes fachadas, rincones únicos… no es casual que sea aquí el único lugar en el mundo donde el Ángel Caído tiene un monumento.









Madrid (4)

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