domingo, 6 de febrero de 2011

Las cajas del desván

Rebuscar en el desván, además de mancharte de polvo, suele traerte a la memoria viejos tiempos y recuerdos más o menos lejanos. Al abrir alguna caja medio oculta en el rincón aparecen objetos que fueron retirados de uso por avería, porque fueron sustituidos por otros similares pero con más prestaciones o, simplemente, porque ya no sirven. También hay cajas que permanecen a mano desde tiempo indeterminado, sin que se llegaran a cerrar del todo a la espera de continuar usando su contenido y que, sin saber exactamente cuándo, todo caducó arrollado por las nuevas tecnologías.
Hoy he reabierto una de esas cajas y lo que contenía (chasis para confeccionar carretes, papel fotográfico, líquidos de revelado y “virados sepia”, marquitos de diapositivas,…) nada era útil ya porque la era digital lo había convertido en obsoleto, sin utilidad ninguna. O… ¿quizá sí?...

Para los que no han cumplido aún la veintena, muchos de estos objetos son auténticos desconocidos y resulta demasiado complejo tantas cosas y técnicas para hacer una imagen, para pasar una simple fotografía a papel. Demasiado cachivache para hacer fotos y eso que todavía no he montado la ampliadora que permanece oculta en la caja de al lado. 
Pero quizá sí, quizá si vuelvan a tener utilidad. Quizá pasen a formar parte del museo, de mi museo particular. Buscaré un hueco en el estante de la vitrina junto a las cámaras fotográficas, esas retiradas porque usaban carrete.


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