lunes, 24 de enero de 2011

Las bellezas de Cantabria (Homenaje)

Hace treinta años, por estas fechas, iniciábamos por estas tierras una nueva etapa sociopolítica.  Nacía nuestra Comunidad Autónoma. Al margen de los cambios que esto supuso, recuperamos el nombre de Cantabria tras varios intentos fracasados a lo largo de la historia y a pesar de quienes, sin mirar más allá de la geografía y la historia oficial aprendida, se oponían y afirmaban que era un término inventado.

Y en estas fechas actuales, casualidades de la vida, anda uno sorprendiéndose con testimonios del pasado.
En un desván pueden aparecer muchas cosas. Recuerdos de una vida, o de varias cuando el desván empezó a serlo en generaciones anteriores. Desde un triciclo metálico oxidado con el que dimos las primeras pedaladas hasta algunos libros de texto con los que peleábamos el aprobado, allá cuando el bachiller duraba seis cursos; viejas postales con breves textos llenos de cariño al dorso; documentos que dejaron de tener valor hace muchos años; programas de algunas actividades en las que participamos; algún trasto inútil; objetos, muchos objetos que tenían tanto valor sentimental que, aunque alguno se había quebrado, habían pasado a ocupar un rincón en el fondo de una caja.
Y un álbum. Un álbum de cromos. Un álbum especial porque es de las pocas cosas que poseyó  la niña de postguerra que cuidadosamente fue pegando sus cromos, allá por la mitad de la década de los cuarentas del siglo pasado.
Portada del album de cromos de los años 40 con el nombre de Cantabria
Una “reliquia” para nosotros y todo un documento de esa época desde su portada, con un título muy significativo por lo que apuntaba en el párrafo anterior, hasta la magnífica colección de imágenes, autentica memoria de gentes y paisajes, de forma de hacer fotografía, de singular visión y arte de unos fotógrafos pioneros y su legado.

Los autores de las fotografias (Homenaje) 


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