viernes, 13 de octubre de 2017

¡Qué suerte, un cielo con dos luceros!


Cuando partimos temprano hacia los Picos de Europa no sabía que la luna había decidido acompañarnos en el viaje, así que cuando el sol encendió el nuevo día, la luna aún brillaba sobre las cumbres del San Carlos ¡Qué suerte de cielo con dos luceros, seguro que es presagio de una buena jornada! -pensé.
Y así fue. Con una extraordinaria compañía y buen ánimo,  todo el día lució un maravilloso cielo azul y muy buena temperatura en un paraje indescriptible. No sólo se trataba esta vez de subir una montaña, sino también de rememorar momentos de una vida, volver a una cumbre que conserva   referentes de  experiencias vividas, hitos de momentos y señales que hacen indelebles los recuerdos.
En Torre Blanca, como en otras cimas, permanece aún un testigo de otras épocas, testigo del paso del tiempo y de cómo muchos osados llegan año tras año a esa cumbre, desde Cabaña Verónica y Collada Blanca por el espolón  o desde el Madejuno y Tiro Llago por la crestería, y que, incluso, dejan una nota para los siguientes en llegar. Allí arriba hay un buzón con forma de molino de viento que cumplió cuarenta años y aunque ha resistido bien a los calores, los hielos y los vendavales de aquellas alturas, necesitaba ya una reparación y, de paso, una manita de pintura para, ¡ojalá!, resistir otros tantos años.
Estuve cuando se colocó y, aunque no me acompañaban las mismas personas (algunos ya no están) en esta ocasión todos tenían el mismo entusiasmo e hicieron suyo mi deseo de acicalar el “viejo” molino. Y todo pese a que la jornada se prolongó y se alargó el recorrido,  tanto que el sol, quizá para no volver a coincidir con la luna, cerró las cortinas y oscureció el paisaje antes de que nosotros hubiéramos regresado.


 Al fondo, Torre Blanca.



El viejo buzón con forma de molino de viento, testigo del paso de montañeros y escaladores durante 40 años.


En 1977


En 2017 (Foto: Félix Pérez).


Así quedó cuando se instaló.



Así ha resistido el paso del tiempo y las inclemencias meteorológicas.



Nuestra modesta aportación para que siga siendo testigo y referencia a mas generaciones de montañeros.



  Gracias a todos (Fotos: Justo Arruti).

Las vistas desde la cumbre: Cordillera Cantábrica (Bistruey, Curavacas, Espigüete, Peña Prieta, Coriscao...) y La Padiorna, Peña Remoña y Vega de Liordes.


Cumbres de Santa Ana, la aguja y el collado de la Canalona (sobre éstos, la Morra y el Cortés, del Macizo Oriental), Peña Vieja y Peña Olvidada. Al fondo: Peña Sagra.







A Fonso, María Ángeles, Mar, Toño, Félix y Justo


Fotografías realizadas el 7 de octubre de 2017

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