Un camino imposible
La exploración de una cavidad implica conocer todas sus
ramificaciones, recorrer y estudiar todas sus características, levantar el mapa
en su totalidad, sea cual sea su tamaño y belleza. Por este motivo, los espeleólogos tienen en
ocasiones que introducirse por estrecheces y pequeños agujeros que se evitarían
en un recorrido menos científico.
Tengo muy nítido en la memoria esa experiencia vivida en
la Galería del Puente, en la cueva El Soplao. Una estrechísima galería activa,
aun en formación y con corriente de agua, que obligaba a rectar constantemente
y retorcerse para avanzar por la intrincada hendidura, donde, a veces, hasta el
casco obstaculizaba la progresión y nuestro propio aliento parecía llenar de niebla aquel
agujero. Aparentemente, un camino imposible al final del cual había que meterse
bajo una cascada de agua para trepar por las rocas hasta alcanzar los metros
finales donde se cegaba la cavidad. Desandar el recorrido para salir de allí volvía
a exigir un esfuerzo y derroche de energía
que provocaba la evaporización del agua que nos había empapado bajo la cascada.
Cuando por fin sales, tienes la certeza de que nadie
antes había estado en ese lugar y la convicción de que nadie más querrá ir allí
jamás.
Del siglo pasado (12)
Este apartado se ilustra con las imágenes obtenidas
durante el proceso de digitalización de los originales.
Como siempre me encantan tus posts, Pedro.
ResponderEliminarun abrazo