jueves, 23 de octubre de 2025

Cielo azul, montaña, otoño y paisaje

 

El buen tiempo que aún perdura bien entrado el otoño anima a mucha gente a aprovechar las jornadas  haciendo rutas por las montañas. En los Collados del Asón fue tanta la afluencia que se llenaron los aparcamientos y los últimos en llegar tuvieron que aparcar en la carretera. Antes de iniciar la ruta todo apuntaba que nos encontraríamos un gentío, pero nada más lejos de la realidad, estuvimos solos toda la ascensión a Los Campanarios y solamente nos cruzamos  con tres parejas compartiendo la ruta de descenso. Afortunadamente, las aglomeraciones solo ocurren en algunos lugares más populares, en rutas hiperbalizadas y señalizadas o que cuentan con mas track en las aplicaciones. Así que, felizmente para nosotros, se armonizaron en el mismo día una temperatura ideal, un cielo azul impresionante, el bosque mudando a otoño y una preciosa ruta no pateada por un terreno espectacular donde apreciar los desniveles y el magnífico paisaje característico de la zona.


















Fotografías realizada el 11 de octubre de 2025

viernes, 19 de septiembre de 2025

Pasaba por aquí…

 …y no me pude resistir. Aute daba un concierto en la plaza de toros de Santander (sería allá por 1985). Cogí mi cámara cargué un rollo de película en blanco y negro y me fui a hacer fotos al recital. Me dirigí al encargado de la puerta para que me dejara pasar al foso y, poniendo cara de buen chaval, con no recuerdo que argumentos, accedió a mi solicitud y aproveche la ocasión. Era la primera vez que fotografiaba un concierto aunque hacia varios años ya que, junto con la montaña, la fotografía era mi afición. Hoy, cuarenta años después, aparecen en mi archivo aquellos negativos, algo lastimados ya por el paso del tiempo, de cuando la magia de la fotografía no era inmediata sino que surgía después con el revelado en el cuarto oscuro y que quiero compartir.













Fotografías realizadas en película blanco y negro en 1985


viernes, 1 de agosto de 2025

Donde el viento te lleve

 

Amanece. El suave viento de la noche ha

desaparecido al aproximarse el alba. Hay calma

total antes que el sol temple el ambiente y provoque

el movimiento del aire. Es el momento del

hinchado del globo, la metódica preparación de la

barquilla, las botellas de gas, los anclajes, extender

la vela y llenarla de aire para que cobre su colorida

forma.  Siempre con mucha atención se comprueba

todo al detalle, quemadores, conexiones del

combustible, fijaciones,… como en cualquier otra

aeronave, antes de soltar el anclaje y convertirnos

en pasajeros del viento. Una llamarada en el

interior del globo y el aire calentado nos impulsa

hacia arriba, otra mas y nos alejamos del suelo,

luego, el silencio mientras el horizonte se hace más

grande y aparecen las luces del amanecer. Es el

reino de los vientos porque aquí, el viento es el que

decide nuestra dirección aunque a nosotros,

acomodados en la barquilla de mimbre, no nos dé

en la cara porque, simplemente, viajamos en el.




















Fotografías analógicas realizadas en negativo color en 1991

jueves, 29 de mayo de 2025

Al Urbión, el de las lagunas e inspiración de poetas

 

Inevitable, cuando uno se acerca a la sierra del Urbión, acordarse de los poetas que pasaron años y se inspiraron por las tierras sorianas: Bécquer, con el “Monte de las Ánimas“y, sobre todo, Gerardo Diego con su “Romance del Duero” y Machado en “Canciones de tierras altas” o “La tierra de Alvargonzález”, cuyos versos citan lugares emblemáticos de esta sierra y describen estos paisaje de pinares y montes.

Y es que para ascender a la Muela del Urbión, lo más accesible –y popular- es iniciar la ruta en la espectacular Laguna Negra para, ascendiendo las paredes rocosas que la rodean, dejarla pronto a tus pies y contemplarla en el centro del mar de pinares que verdean una gran extensión del Parque.

Después pasaremos por la Laguna Larga y más tarde, si aún conserva agua, dejaremos a la derecha la laguna que alimenta el río Revinuesa para alcanzar la loma que nos acerca a los metros finales de la ascensión. Desde la cumbre contemplamos al norte, en tierras riojanas,  la Laguna del Urbión cuyas aguas desembocan en el Najerilla, afluente del Ebro, y adivinamos en la otra vertiente, la soriana,  el nacimiento del Duero. No es de extrañar que el topónimo de esta montaña signifique “dos aguas buenas”.

Para el descenso podemos hacerlo por el camino que nos acerca a la Laguna Helada antes de volver al punto de inicio y terminar la ruta entre pinos.


















































Fotografías realizadas el 3 de mayo de 2025

domingo, 11 de mayo de 2025

Paso a paso de piedra en piedra

 

Cuando uno recorre los espectaculares  recovecos del Cañón del Rio Lobos se siente constantemente vigilado. De observador pasa uno a observado. Y es que desde los farallones y desde la parte alta de los cortados rocosos siempre la presencia de los buitres leonados, auténticos reyes del desfiladero, parecen controlar a todos los que recorremos las sendas. El día ha estado nublado y la ausencia de corrientes de aire ascendente les ha obligado a permanecer en sus nidos y posaderos, salvo en unos pocos y breves vuelos cuando por la tarde apareció tímidamente algo de sol.

Como el río baja despacio, sin grandes desniveles, y creando meandros por las verdes explanadas, no es el correr de las aguas lo que más se oye, sino en muchos casos el croar de la multitud de ranas que pueblan los ecosistemas repartidos por el  cañón. Es primavera y época de celo así que los estanques con abundantes nenúfares y orillas cubiertas de vegetación se convierten en un gran auditorio donde el sonido de los machos de estos anfibios tapan el resto de los sonidos de la naturaleza, especialmente los cantos y trinos de  aves y pájaros que abundan por doquier.

Entre sabinas, pinos, enebros, encinas, espliegos, tomillos, matorrales… recorremos paso a paso el sendero por el fondo del desfiladero y que, de vez en cuando, atraviesa el cauce por hileras de grades piedras separadas que obligan a dar grandes zancadas, en alguna ocasión rebasadas por el agua que desde su nacimiento en la Sierra de la Demanda desemboca al final del Cañón en el río Ucero, afluente del Duero.

















Fotografías realizadas el 1 de mayo de 2025.