Dejando atrás Las Tuerces y Peña Amaya, el horizonte se
aleja, se alarga y se aplana. Castilla. Territorio llano de fríos inviernos y
calurosos veranos; con pueblos alejados pero de hogares apretujados alrededor
de una plaza; con torres de iglesia y, a veces hasta fortaleza; con nombres que
mientan a sus solariego dueños... de la Reina, de Diego… o a su río… de
Ríopisuerga, de Odra... Historia y leyendas. Lengua y refranes. Tierra de
cereales y artefactos harineros que alcanzan el cielo, graneros y molinos a
modo de rascacielos… monstruos, “desaforados gigantes” que diría Don Alonso
Quijano.
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