martes, 30 de noviembre de 2010

La sonrisa de la mendiga









Ocurrió en Udaipur, una ciudad rodeada por el lago Pichola y las islas Jadniwas y Jagmandir con sendos palacios de majarajas, y con un enorme palacio y multitud de templos, donde cada noche parece una fiesta por los fuegos artificiales que estallan en sus ritos.
Habíamos  recorrido la orilla observando cómo se aseaban y lavaban la ropa y callejeado después hacia la parte alta de la ciudad. Fue al lado de un templo donde los ricos llevan comida para los que no tienen y cumplir el precepto de ayudar al necesitado. Una fila de mendigos comía en el suelo. Niños y mayores  parecían ejecutar un ritual. No quería interferir en ese momento y no hacer fotos, como hasta ahora, de la gente que vive en la miseria pero, de pronto sin saber por que, enfoqué a una mendiga y ella al verme se detuvo posando y me sonrió. Disparé la foto, la devolví la sonrisa –namasté- y ella siguió comiendo ya sin la sonrisa. Es posible que fuera la única vez que sonrió en todo el día.












2 comentarios:

  1. Fijándome en las fotos, te tienen que hacer chirivitas los ojos con tantos colores y tan fuertes. Acostumbrados como nos tienen a los colores "deslavaos". Disfrutalos y ten cuidado con las retinas. Un abrazo.

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  2. Muchas gracia por tu relato y por hacernos partícipes de tu viaje. Me ha emocionado la imagen de la mujer. Es curioso... tú sentiste que te entrometías en su privacidad -esa que realiza ante la mirada vacía de cuantos la rodean- y ella, sin embargo, descubrió complacida a alguien que le prestaba atención.
    Un abrazo grande grande. No dejes de contarnos cosas.

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