lunes, 22 de agosto de 2016

Torres y murallas


La comarca de Liébana –y no pretendo aquí descubrir nada nuevo- es un territorio con unas características climatologías, etnográficas e históricas diferenciadas precisamente por su orografía. Valles rodeados de murallas y torres, y no me refiero a las espadañas y campanarios de las innumerables ermitas e iglesias que se esparcen por cada pueblo en torno al monasterio de Santo Toribio, sino a las altas cumbres que forman su contorno. Montañas que, en algunos casos son laderas empinadas, muchas veces cubiertas de bosque, y en otros, autenticas paredes de roca que parecen mantenerse en equilibrio sobre los pueblos. Defensas naturales a lo largo de la historia y protección eficiente de las humedades originadas por el mar. Y siempre, en cualquier época, un paisaje espectacular. Y siempre, de día descubriendo rincones y por la noche contemplando la silueta de las cumbres sobre los tejados de Potes, es un lugar muy especial.










































Fotografías realizadas el 15 y 16 de julio de 2016

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