Si no es
desde las alturas, es imposible contemplar la magnitud de los Puertos de Áliva
porque a ras del suelo su geografía ondulada no permite ver lejos y divisar sus
confines; además, para recorrerlos a pie, de un extremo a otro, es necesario
emplear mas tiempo del que puede parecer.
De todas
las cimas que rodean estas praderías de los Picos de Europa, el mejor mirador
para descubrir detalladamente y en toda su extensión estas brañas es el Pico
Cámara, en el Macizo Oriental, porque su modesta altura permite percibir
relieves que desde otras cimas mas altas se vuelven planos e indefinidos. Los
caminos que lo recorren se antojan entonces como trazos que rasgan un lienzo
antes que las nieves invernales lo conviertan en una inmensidad inhóspita.
Además,
el Valle de Liébana y la Codillera Cantábrica apenas se esconden tras las
crestas de Cumbre Avenas y el Macizo Central, especialmente las laderas que
descienden hacia el Duje, muestran la magnitud de sus desniveles. Y como
siempre, para deleite los que osamos encaramarnos a estas cimas, al norte siempre
se ve la franja azul del mar.
Fotografías
realizadas el 6 de agosto de 2016
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