Cuando el horizonte se agranda y nos cautiva su
contemplación, cuando nuestra senda discurre por parajes únicos y no podemos
evitar ensimismados con lo que nos rodea, mirar con atención el paisaje, los
caprichosos relieves, nuestras admiradas montañas… pasan desapercibidos para
nuestros ojos los pequeños detalles a ras de suelo. Y es que en primavera,
proliferan por bosques, praderas y caminos pequeños brotes de naturaleza que contribuyen
a poner color en nuestro caminar. Pero, además, a los que seduce llegar a las
cimas, trepar por peñas y alcanzar las cimas rocosas, también podemos descubrir
entre ellas variedad de diminutas formas y colores, pequeñas plantas que cuando
vuelvan los fríos quedarán, como cada año, bajo las nieves invernales.
Fotografías realizadas el 23 de junio de 2018 durante la
ascensión a Peña Maín
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