No es precisamente Braña Vieja un
paisaje de mi agrado. Las heridas producidas por las excavadoras, las
infraestructuras de la estación de esquí, los restos abandonados de viejas
instalaciones y la basura esparcida no son la característica de un paisaje de
montaña; pero el cordal que le rodea, la llamada “Herradura”, es una sucesión
de cumbres desde donde, dando siempre la espalda a la estación, contemplar
extraordinarios paisajes. Paisajes cambiantes según te asomes a la vertiente
sur, la zona palentina, al poniente con la silueta del macizo de Peña Prieta y
los tres macizos de los Picos de Europa, o al norte, con Peña Sagra, el Cueto
de la Concilla y Sejos.
Tras este último invierno de
grandes nevadas, aún a mediados de junio perduran los neveros y, como consecuencia,
por doquier corre el agua del deshielo que hacen verdear las laderas. Eso sí,
como ya es sabido, aguas estas peculiares ya que surgen donde se juntan tres
cuencas fluviales y verterán en tres mares distintos.
Fotografías realizadas el 16 de
junio de 2018
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