Sempiterna silueta en el horizonte, visible desde casi
cualquier lugar, solitaria figura piramidal, de modesta altitud y sencilla
ascensión, el pico Tesorero es uno de los mejores miradores de los Picos de
Europa, especialmente del macizo central, e incluso de parte de la Cordillera
Cantábrica y de la Sierra de Cuera. Rodeado de varias cresterías y cordales con
las cumbres más conocidas de Picos, su cima es el lugar ideal para identificar
y reconocer muchas de las cumbres, los “jous” y los collados que configuran
esta espectacular geografía de roca caliza. Inalterable vigilante de jornadas
de ventisca y otras despejadas, de días de niebla o soleados, de nevadas y
tormentas, de gélidos inviernos… Guardián del paisaje y sus criaturas, los que
merodean por allá arriba (rebecos, grajos…). Testigo de otros tiempos, de
varias generaciones de pastores, de cazadores, de mineros… que tenían como
forma de vida la explotación de los tesoros de estos parajes y dieron nombre a
cada montaña, rincón o collada. Y en las últimas décadas, silencioso observador
de la nueva especie que invade por doquier caminos y cumbres, espectador
silencioso de la visita de montañeros, escaladores y senderistas llegados desde
otros lugares para encaramarse por las alturas o deleitarse con el paisaje,
para disfrutar, al fin y al cabo, del tesoro de este macizo montañoso.
Pico Tesorero en el centro de la fotografía, a su derecha la Torre de Horcados Rojos
Vistas panorámicas desde la cumbre del Tesorero
Fotografías realizadas el 18 de agosto de 2018
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