Cuando atravesábamos la puerta de la sala New sonaba The
Trooper, de Iron Maiden, potente y compacto. Lo tocaban juntos por primera vez,
era solamente un ensayo, el prólogo del concierto anual de los alumnos de la
Escuela Cántabra de Guitarra, la de Quiu, y el Aula de Ritmo Drum, la de Yeyo.
Como siempre, sucesión de temas en la tarde-noche
interpretados por jóvenes músicos, y otros más jóvenes aún, a la batería, a la
guitarra, al bajo… en ocasiones acompañados de veteranos como Pepe al bajo o Paco
con la guitarra.
Esta vez no hubo Batucada, pero la sorpresa fue Let it be
interpretada por una formación en la que compartían escenario los maestros
(Rafa y Yeyo) con dos de sus jovencísimos alumnos a los teclados y a la
batería. Muchos nervios previos que desaparecieron con los primeros compases y
el arrope de la veteranía. Comunión de serena maestría y ganas de aprender.
Nos quedamos con ganas de mas…
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