Desde Ramales se accede a las cuevas de Covalanas, El Mirón y
Cuevamur por el Camino Real, el mismo que aún se conserva y que mandara arreglar
en su época Isabel la Católica y por donde se dirigieron a Castilla su hija
Juana o por donde se retirara a Yuste, ya como ex emperador, su nieto Carolo. Un cómodo camino que también lleva a las
zonas de "vías ferratas" y escalada.
Nada mas dejar las últimas casas de la población, comienza a la izquierda y, tras una corta trepada por la roca, un camino que entre encinas lleva al Valle del Silencio, zona ésta poco conocida pero de atractivo recorrido. El camino, excesivamente señalado con puntos rojos, da acceso a la Torca del Moro, bajo la mole de El Mazo, donde comienzan a apreciarse los restos de las explotaciones mineras de plomo y zinc que, aunque ya documentadas en 1852, se explotaron intensamente desde los años 40 a los 70 del siglo pasado. Entre el valle de Karrantza y Lanestosa, una amplia zona de karts muestra todavía entre las innumerables dolinas, bocaminas y restos de las infraestructuras mineras. Desde esta zona se alcanza fácilmente la cumbre del Pico del Moro cuyas aguas vierten a Cantabria y a Vizcaya.
Evitando la fuerte pendiente de la Cuesta de los Corrales, un pequeño rodeo permite acceder a una zona de escaleras y barandillas de madera que conducen a un hayedo y a un pinar por donde descender al barrio La Pared, cerca del río Calera. Por la base de la Pared del Eco se llega a la zona de las cuevas y los sectores de escalada para, de nuevo por el Camino Real, cerrar el círculo y retornar a Ramales.
Nada mas dejar las últimas casas de la población, comienza a la izquierda y, tras una corta trepada por la roca, un camino que entre encinas lleva al Valle del Silencio, zona ésta poco conocida pero de atractivo recorrido. El camino, excesivamente señalado con puntos rojos, da acceso a la Torca del Moro, bajo la mole de El Mazo, donde comienzan a apreciarse los restos de las explotaciones mineras de plomo y zinc que, aunque ya documentadas en 1852, se explotaron intensamente desde los años 40 a los 70 del siglo pasado. Entre el valle de Karrantza y Lanestosa, una amplia zona de karts muestra todavía entre las innumerables dolinas, bocaminas y restos de las infraestructuras mineras. Desde esta zona se alcanza fácilmente la cumbre del Pico del Moro cuyas aguas vierten a Cantabria y a Vizcaya.
Evitando la fuerte pendiente de la Cuesta de los Corrales, un pequeño rodeo permite acceder a una zona de escaleras y barandillas de madera que conducen a un hayedo y a un pinar por donde descender al barrio La Pared, cerca del río Calera. Por la base de la Pared del Eco se llega a la zona de las cuevas y los sectores de escalada para, de nuevo por el Camino Real, cerrar el círculo y retornar a Ramales.
Valle del Silencio
Pico San Vicente, Hornijo y Peña Rocías desde el Valle del Silencio
Ramales y valle del Asón
De izquierda a derecha: Picones, La Sía, Inmunía. Peña Lusa, El Mazo Grande y Picón del Fraile.
Zona alta de la Cuesta de los Corrales
Vestigios de las antiguas explotaciones mineras
La Pared del Eco
Fotografías realizadas el día 29 de marzo de 2014
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