Nació de un palacio imperial para convertirse en balneario
en el siglo XIX. La aldea de pescadores y puerto ballenero se convirtió en
residencia veraniega de la burguesía, pionera, como de muchas otras formas de
entretener el ocio, en tomar los baños de ola en las aguas del Cantábrico. La
afluencia de la nobleza rusa , especialmente después de 1917, contribuyo a
transformar Biarritz, iglesia ortodoxa incluida, en villa elitista de veraneo.
Incluso Stravinsky estableció allí su residencia durante algunos años. Con la
popularización del turismo ya avanzado el siglo XX, mantuvo su carácter selecto
y continuó siendo uno de los lugares preferidos para los veraneantes de la
clase alta francesa.
Ya el siglo XXI, Biarritz, y sus “Les rouleaux”, olas simétricas, se ha convertido, junto con la vizcaína Mundaka,
de famosas olas “de izquierdas”, en la ciudad del surf del Golfo de Vizcaya, Festival incluido,
eso sí, manteniendo ese carácter selecto que la caracteriza y que también se
adivina entre los surfistas. Las tiendas especializadas en este tipo de moda y
de artículos para coger olas, se alternan entre las firmas mas prestigiosas del
panorama internacional. Apenas se ven
furgonetas con tablas, pero sí te puedes encontrar por la calle a “gente guapa” vistiendo neopreno y con la tabla bajo el brazo camino de la playa desde el
hotel.
Faro y le Grande Plage
Surf y balneario
Playa de la Côte des Basques
Fotos realizadas el 10 y 11 de septiembre de 2013
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