A soplete se cortaron
los trozos de metal y las piezas de hierro del Mural de Cros en Maliaño. El
fuego, que trasformó en su día el mineral en ese metal, se convirtió ahora en el implacable
cuchillo que ha troceado la escultura mural en cientos de pedazos y así poder retirarlo.
Maliaño, 8 de agosto de 2013
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