Para casi todo el mundo la primavera es la estación del año
preferida. Nos encanta el exuberante cambio natural. Dejar atrás la desnudez de
árboles y del paisaje y disfrutar de más horas de sol nos alegra el espíritu,
que además continuará durante el verano.
Pero llegado el fin del estío, cuando ya maduraron los higos
y otra vez los días se vuelven a acortar, otras manifestaciones de la
biodiversidad le dan a nuestro paisaje una nueva imagen. Otra vez especies y frutos olvidados acuden a su cita
anual. Un simple paseo por el jardín para descubrir el cambio otoñal. Unas
temperaturas suaves y un día de lluvia y las esporas eclosionan sus hongos.
Caen las bellotas, las avellanas, las castañas, las nueces…
¡Qué agradable es bajar al jardín y subir con los bolsillos
llenos!
Fotos realizadas el 26 de septiembre de 2012 |
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