Entre el azul del mar y el azul del cielo, en esta tierra en
la que vivo se juntan mil y uno tonos de verde que parecen acentuarse aún más
los días soleados posteriores a los de lluvia. La baja montaña, donde los
bosques de hayas, robles, acebos, avellanos… se mezclan con los afloramientos
de roca caliza y las construcciones humanas a lo largo de los siglos, da lugar
a paisajes extraordinarios y a recorridos donde disfrutar de bonitas jornadas.
Desde las cumbres, modestas en altura, las vistas se agrandan desde el mar a la
cordillera adivinando en los valles los pueblos que jalonan el paisaje. Cumbres
a las que, necesariamente, periódicamente hay que volver.
Fotografías realizadas el 3 de junio de 2021
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