El invierno en la alta montaña se asocia generalmente a
frío, nevadas o, incluso, ventisca y tiempo desapacible. Por eso, cuando la
ascensión te encuentras un tiempo “veraniego”, sin viento, de cielo azul y aire
limpio, se puede disfrutar de interminables paisajes. Los Picos de Europa, además,
te dan la altura suficiente para que esa visión sea todavía más extensa y los
relieves solo terminen donde los limita el mar. En días así, no sólo se
disfruta de las montañas nevadas de estos macizos, sino también de las panorámicas,
que en este caso (estribaciones del pico Boru), se extendían desde el pueblo de
Sobres, casi bajo nuestros pies, la playa El Merón de San Vicente de la
Barquera y la Sierra de Cuera al norte, hasta los límites con Vizcaya por el nordeste
con las inconfundibles siluetas del monte Buciero, Peña Cabarga, Ibio o Peñacastillo.
Interpretación provisional del paisaje (Haced click en la foto para ampliar)
Fotografías realizadas el 16 de marzo de 2019
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