Desde las murallas y las torres cuesta distinguir el
horizonte cuando el sol hace reverberar la Hoya de Huesca, planicie que desde
los propios muros se extiende hasta el Ebro en Zaragoza. Detrás, comienza a
ondularse el paisaje formando las sierras prepirinaicas y la propia cordillera.
Hace tiempo que en el pueblo de Bolea desaparecieron las fortificaciones
musulmanas, su frontera norte por estas tierras, y hace tiempo que los
pobladores del castillo salieron de su muralla y levantaron el pueblo de Loarre
mucho más abajo, en una zona más confortable. Parecía que el lugar quedaba ya
en silencio, sin soldados y siervos deambulando…
Sin embargo, cuentan los que se han atrevido a pasar la
noche entre sus muros que si agudizas el oído se escuchan, desde el patio de
armas, los cánticos monótonos y los rezos de los monjes que habitaron entre sus
muros en tiempos de Pedro I de Aragón. Aseguran también que desde la cripta de
Santa Quinteria se ve pasar la silueta de Sancho Ramírez, escoltado por varios
caballeros con calzas negras y cotas de malla con almófar, dando instrucciones
a los maestros canteros que levantan el castillo. Dicen también que eso sólo es
posible cuando la llegada de la noche va precedida de una espectacular puesta
de sol.
Fotografías realizadas el 29 de agosto de 2018
Un sitio espectacular Pedro
ResponderEliminar