viernes, 20 de julio de 2018

Ahí, a la altura de nuestros pies, la cumbre inaccesible




Comenzar la jornada pisando charcos, además de confirmar que pese a ser verano llovió la noche anterior,  te produce la sorpresa de encontrar las cumbres sumergidas en ellos, las montañas que tanto amas metidas en los baches y bañadas de la luz del amanecer. Pero esta jornada de mediados de julio también supuso encontrar una cantidad de nieve mayor a la habitual en ésta época. Muy pronto fue necesario pisar neveros por el recorrido que lleva desde La Vueltona hacia Cabaña Verónica y para acceder a las cumbres circundantes se hace imprescindibles el uso de crampones y piolet. 




Por eso, desde la cima de la Torre de Horcados Rojos, la panorámica hacia el norte, con el Jou de los Boches “tragándose” la nieve, y el Jou Sin Tierre, o hacia el sur, con el Hoyo sin Tierra y Hoyo Sengros, son una sucesión de neveros que suponen no poder acceder a las cumbres circundantes sin atravesarlos.
También desde allí, la claridad del día permite ver la masa de nubes que ocultan la costa y resaltan el perfil oeste del Pico Urriello. Su cima inaccesible para los no escaladores se encuentra ahí, a la altura de nuestros pies, destacando entre el resto de montañas, incluso más altas que el propio Picu. Y a tiro de piedra las cumbres de Tiro Navarro, las dos cimas del Santa Ana y la de Peña Vieja, las Agujas de la Canalona y de Bustamante…







Descendiendo, ya en la base de la Torre, las nubes  que empiezan a aparecer, siluetean estas agujas. Y de regreso, a la altura de los lagos de Lloroza, bien colmados por el deshielo, como muchas tardes las nieblas comenzaron a borrar cimas y crestas y a cerrar el telón sobre tan espectacular escenario.

























Fotografías realizadas el 14 de julio de 2018

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