Después de un mes de nublados y lluvias casi a diario, se abrieron los cielos por fin y el firmamento lució azul. Se había confabulado el sol con las nevadas recientes para alegrar el paisaje, para dar brillo a las cumbres y resaltar mas el blanco de las montañas y el verde de los valles.
Acertamos pues, cuando decidimos echarnos la mochila a la espalda y encaramarnos a las crestas de la Reserva del Saja-Besaya, Pujayo arriba. Aunque el bosque solo nos obsequió con su aspecto aletargado, propio de la época, el día aparentó veraniego por luminoso y agradable. En el nevado Obios (superada la altitud de los 1100 metros) el alto Besaya mostraba las infraestructuras de comunicación que a lo largo de la historia han discurrido por este valle estratégico: Calzada romana, Camino Real, ferrocarril Alar-Santander, Carretera Nacional y la Autovía de la Meseta. Hacia el este, en suave recorrido, alcanzamos la cima del Navajos, con el valle de Iguña a sus pies, antes de iniciar el descenso ya cayendo la tarde.
Pujayo
Bárcena de Pie de Concha. Al fondo, el Castro Valnera
Sierra de Peña Sagra
De izquierda a derecha:
Porracolina, Pizarras y Veinte (con nubes); el Picón del Fraile (con el radar), Pico La Miel, Castro Valnera, Cubada Grande y La Capía. Más próximo: Cordal de Espina de Gállego y Cildá
De izquierda a derecha: Piquiliguardi, Cordel, Iján y La Tabla (Alto Campoo)
Al fondo, el Puerto del Escudo y el Pantano del Ebro
Valle de Iguña. Al fondo se aprecia La Picota y el Cuco
Cueto de La Concilla (Sejos) y Sierra de Peña Sagra
Fotos realizadas el 6 de diciembre de 2013
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