Callejear no es recorrer las calles, es una exploración, un
diálogo con las marcas del tiempo, una
lectura, descubrir los personajes que habitan las historias.
La primera vez que le vi estaba sentado sobre una pelota. Me
llamó la atención, allí, en el muro con
manchas amarillas, gordito y de ojos rasgados…
La última vez se había puesto una gorra. Por fin descubrí
sus intenciones, mientras se tomaba un refresco me indicaba el camino correcto.
Yo seguí sus indicaciones. Ya no volví a verle mas…
No hay comentarios:
Publicar un comentario