Inevitable, cuando uno se acerca a la sierra del Urbión, acordarse de los poetas que pasaron años y se inspiraron por las tierras sorianas: Bécquer, con el “Monte de las Ánimas“y, sobre todo, Gerardo Diego con su “Romance del Duero” y Machado en “Canciones de tierras altas” o “La tierra de Alvargonzález”, cuyos versos citan lugares emblemáticos de esta sierra y describen estos paisaje de pinares y montes.
Y es que para ascender a la Muela del Urbión, lo más accesible –y popular- es iniciar la ruta en la espectacular Laguna Negra para, ascendiendo las paredes rocosas que la rodean, dejarla pronto a tus pies y contemplarla en el centro del mar de pinares que verdean una gran extensión del Parque.
Después pasaremos por la Laguna Larga y más tarde, si aún conserva agua, dejaremos a la derecha la laguna que alimenta el río Revinuesa para alcanzar la loma que nos acerca a los metros finales de la ascensión. Desde la cumbre contemplamos al norte, en tierras riojanas, la Laguna del Urbión cuyas aguas desembocan en el Najerilla, afluente del Ebro, y adivinamos en la otra vertiente, la soriana, el nacimiento del Duero. No es de extrañar que el topónimo de esta montaña signifique “dos aguas buenas”.
Para el descenso podemos hacerlo por el camino que nos acerca a la Laguna Helada antes de volver al punto de inicio y terminar la ruta entre pinos.