martes, 31 de julio de 2018

Paseo al borde del mar




Solos, en pareja, a pie, a caballo, en bicicleta… descubrir los rincones que se esconden en la costa, entre arenal y arenal ocupados en el estío por multitud de bañistas, resulta saludable para la vista y enriquecedor para el espíritu. Sentir la brisa del mar, el sonido de las olas, la luz… incrementan el deleite, convierten un sereno paseo en una vivencia reconfortante.





























Fotografías realizadas el 16 y 17 de julio de 2018

viernes, 20 de julio de 2018

Ahí, a la altura de nuestros pies, la cumbre inaccesible




Comenzar la jornada pisando charcos, además de confirmar que pese a ser verano llovió la noche anterior,  te produce la sorpresa de encontrar las cumbres sumergidas en ellos, las montañas que tanto amas metidas en los baches y bañadas de la luz del amanecer. Pero esta jornada de mediados de julio también supuso encontrar una cantidad de nieve mayor a la habitual en ésta época. Muy pronto fue necesario pisar neveros por el recorrido que lleva desde La Vueltona hacia Cabaña Verónica y para acceder a las cumbres circundantes se hace imprescindibles el uso de crampones y piolet. 




Por eso, desde la cima de la Torre de Horcados Rojos, la panorámica hacia el norte, con el Jou de los Boches “tragándose” la nieve, y el Jou Sin Tierre, o hacia el sur, con el Hoyo sin Tierra y Hoyo Sengros, son una sucesión de neveros que suponen no poder acceder a las cumbres circundantes sin atravesarlos.
También desde allí, la claridad del día permite ver la masa de nubes que ocultan la costa y resaltan el perfil oeste del Pico Urriello. Su cima inaccesible para los no escaladores se encuentra ahí, a la altura de nuestros pies, destacando entre el resto de montañas, incluso más altas que el propio Picu. Y a tiro de piedra las cumbres de Tiro Navarro, las dos cimas del Santa Ana y la de Peña Vieja, las Agujas de la Canalona y de Bustamante…







Descendiendo, ya en la base de la Torre, las nubes  que empiezan a aparecer, siluetean estas agujas. Y de regreso, a la altura de los lagos de Lloroza, bien colmados por el deshielo, como muchas tardes las nieblas comenzaron a borrar cimas y crestas y a cerrar el telón sobre tan espectacular escenario.

























Fotografías realizadas el 14 de julio de 2018