domingo, 17 de febrero de 2013

Cabo de Quejo


Desde la playa de Ardanal, en la Playa de Isla, hasta la Ría de Ajo, la costa se eleva unos cien metros sobre el nivel del mar. Las praderas verdes se suceden onduladas hasta los cantiles verticales creando un paisaje peculiar. Precisamente, por ser una costa tan agreste y carente de arenales se ha mantenido libre de construcciones y de una intensa urbanización especulativa y sin planificación.
Por la Punta y el Cabo de Quejo, los estratos, horizontales y cortados verticalmente por la erosión y la fuerza de las olas, forman un bonito litoral con caprichosas formas.
 





Desde el alto de Los Rastrillos, a la altura de Cueva Colina, asoman por el sur la iglesia de Isla y en el horizonte el Porracolina y el Cabo de Quintres y el Faro de Ajo por el oeste.
 




En la Playa de la Arena, atravesada por la ría y rodeada, en uno de sus lados,  por encinares supervivientes de las motosierras de constructores, abandonamos la costa para encaminar nuestros pasos hacia el Palacio del Conde Fernández de Isla y luego completar el circuito donde comenzamos.
 


Fotografías realizadas el 16 de febrero de 2013
 

lunes, 11 de febrero de 2013

The beautiful Spanish girl

 
A veces la vida le echa más imaginación a su devenir que algunas narraciones, vamos, eso que se dice siempre de que la realidad supera la ficción. Casos así son los que me permite conocer este oficio mío, rutinario y sin mucho aliciente demasiados días, pero que a veces te descubre, entre mediocridades y temas manidos, admirables historias humanas y te enseña también cómo vidas sencillas pueden ser grandes historias, cómo la vida de personajes secundarios también merecen ser contadas. La vida de Mila que me ha contado hoy su hijo, es uno de estos casos, un relato digno de una novela si lo contara una buena pluma o, bien aderezada, una taquillera producción de Hollywood. 
Milagros Gómez fue criada en un convento madrileño y posteriormente adoptada por una millonaria mexicana. Sin duda tuvo  buena formación pues, en aquella España de los años cincuenta donde pocos podían realizar estudios más allá de la escuela primaria y a la mujer se le inculcaba la dedicación a madre y ama de casa, Mila hablaba tres idiomas y trabajaba de relaciones públicas en uno de los mejores equipos de fútbol, el Manchester United.  La “beautiful Spanish girl”, como la dedican en un libro los autógrafos las míticas alineaciones del Manchester y del Real Madrid, se enamoró de Manuel Arteaga, jugador del filial madrileño. En febrero de 1958 viajó a visitarle a Madrid aprovechando que su equipo disputaba los cuartos de final de la Copa de Europa ante el Estrella Roja en Belgrado. De regreso, el día 6 de febrero, el Manchester tenía que hacer escala en Múnich camino de Inglaterra. Durante el despegue, a causa del hielo, el avión no alcanzó altura suficiente y se estrelló falleciendo la mayor parte del pasaje y la tripulación. Aunque sin saberlo, Milagros había eludido formar parte de la aquella tragedia, la catástrofe la afectó mucho y cuando contrajo matrimonio a mediados de los 60, dejó su trabajo en el club inglés y regresó a Madrid. Dedicó su actividad a la Cruz Roja y tuvo dos hijos, Ignacio y José Manuel, pero sus anhelos de futuro dichoso criando a sus niños junto a Manuel, una historia con final feliz, se truncaron pronto ya que un cáncer acabó con su vida con tan solo 33 años. La belleza de Milagros la atestiguan hoy solamente las tres fotografías, dos de su boda y un retrato dedicado sin duda a su amor, que conserva como oro en paño su hijo José Manuel en Ampuero.
 
 






PD: Disculpad, apreciados seguidores de “Paso a paso”, que en esta ocasión no hablen por mí mis propias fotografías, pero ojalá mis palabras hayan sido capaces de contar esta historia como se merece.

martes, 5 de febrero de 2013

Ayer, hoy, mañana...


Invierno lluvioso, ventoso, gris, norteño. Diciembre, enero, febrero. Alertas costeras, por nieves y lluvias, por viento, tormentas y granizo.
Ayer nublado con lloviznas. Hoy inestable con chubascos y viento racheado. Mañana nieve, lluvia y fuerte viento. El mar… para contemplarla desde tierra.
 


Fotografías realizadas el 4 de febrero de 2013

Para Merche